Capítulo XVII: Allegro, Andante, Adagio.

El Día Cero. © Jonathan Suárez


   Hace unos meses atrás un lector efímero de aquellos que se catalogan empedernidos, luego de ojear de forma rápida y poco detenida el blog me escribe al inbox de una de mis redes sociales:

-          ¿Por qué escribes todo eso? Cualquiera que te leyera, diría que estás loco.

   ¿Loco? Pensé cuestionándome y cuestionando su afirmación. Entonces en ese momento se dibujó en mi rostro una sonrisa al tomar poco en serio aquel comentario y en especial, a aquella persona. ¡Vamos! Quién tomaría en serio a alguien cuyo expediente es conocido por media ciudad. No puedo estar tan loco.

9 MINUTOS ATRÁS.

   Este año se jugó todas las cartas para superar con creces al 2020 y al parecer lo ha logrado. Eventos que se extendieron en el tiempo, otros de corta duración y otros que simplemente se fueron dando a medida que los días transcurrían. Inevitablemente la pandemia nos llevó a cambiar a todos; tiempos sombríos se avecinan, una sociedad cada vez más hostil, una economía cada vez más inestable y un cambio climático acelerado. Si esto se tratara de una novela de Dan Brown me atrevería a decir que estamos en el clímax de la historia.

   Desaparecer por casi nueve meses es el resultado de una serie de eventos desafortunados y algunos otros de imperativa necesidad. Amor y sentimientos entre enero y abril, despedidas y cierres laborales entre mayo y julio. Cambios que forjan carácter y emociones, algunos finales dentro de la trama principal que dan prosecución a esta película que llamamos vida.

   Toda buena historia tiene amor sin importar el contexto, amor de madre, amor de familia, amor de mascotas, amor de amigos o amor de pareja. Sin duda alguna ninguno ha revolucionado más batallas y guerras en la historia que el primer y último amor, pruebas fehacientes de estos son Romeo y Julieta o la venganza de Thor luego del asesinato de su madre Frigga. Sin embargo, en esta historia hablamos del amor que algunos afirman genera mariposas en la panza cuando comienza y se convierte en dolor de pecho cuando termina. Si leen entre líneas entenderán lo que digo sin decir más.

   Me enamoré de alguien que conocí a finales de 2019 y de quién el día de hoy, luego de haber terminado, aún tengo como esquirlas o metralla en la mente. Se aprende a vivir con ello a medida que comienzas a aceptar los sucesos y buscas ayuda, pero quedas con secuelas en algunas ocasiones cuan shock traumático post accidente te sacude. Estoy bien, les puedo decir. Está no será la última ni la primera historia de amor que posiblemente haya terminado ¿o sí?

   Pasados unos meses, Zara, Bershka y Pull&Bear, las famosas marcas de ropa española cesaron actividades a través de franquicias asociadas al Grupo PHX, C.A. en Venezuela. ¿Las razones? Inciertas para algunos e ineludibles para otros. En el ojo de la crítica progresivamente las tiendas fueron cerrando: Barquisimeto, Valencia, Margarita, Centro Comercial Tolón, Centro Comercial Líder en Caracas; hasta que finalmente el 13 de junio junto a un fallo de luz, las tiendas del Sambil bajaron por última vez sus Santamaria. Acompañado con el desmontaje de corpóreos y señalizaciones alusivas a la marca, nos preparamos para un proceso transitorio incierto del cual me desligué luego de un mes de trabajo a puerta cerrada. Algunas desmejoras salariales y cierre de ciclos me permitió tomar con mayor facilidad la decisión. Ya el tiempo había terminado.

EXULANSIS.

   Pasaron unos días y aun no entiendo las razones por las que me lancé a esta aventura, o tal vez sí, en la que pasé de ser un cajero y trabajar con textil, a trabajar en cocina y aprender más allá de la forma ideal de armar una hamburguesa. Sí, comencé a trabajar en un emprendimiento de comida, con el miedo reprimido del inicio, pero con la convicción de lograr el objetivo. No les negaré que ha sido un camino difícil y empinado en el que siento he explotado el peor lado de mí. En ocasiones no sé a donde voy, no sé si hago bien o si es el imprescindible aprendizaje de vida que requiero para dejar ir sin más. Soltar se ha vuelto la consigna en hipótesis que me niego a transicionar a teoría.

   Sin duda ha sido el camino más maravilloso difícilmente comprendido. ¡Vamos! Una cosa no tiene nada que reprocharle a la otra, simplemente es la inercia de la vida, inconformidad que ha surgido de mí, pues no todos los caminos llevan a Roma ni todas las experiencias pueden relatarse porque en cierta manera, algunas serían complejas de entender. Una pequeña mancha negra que actúa de parche ante la inevitable fuga de aire.

   Capaz llegue hasta acá, mientras avanzo al ritmo del tempo, Allegro, Andante, Adagio. Rápido, Normal y Lento. Porque así transcurre la vida y con ella, cada evento. Esto es sólo una parte de toda la historia que promete continuar...

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